Clichés

Habría que pedirles que no se recargaran tanto en aquellos clichés que antaño pregonaban tanto detestar. Sus continuos lamentos terminan siendo gritos que desesperados, aullan por un poco de atención. Se les hubiera pedido que se detuviesen, que callaran, o que simplemente dejaran de molestar. Pero no sucedería así, porque en su caso especial les sería dispensado. Y otra vez, apoyándose en el perdón social que tantas veces han repudiado, cuando no son ellos a quienes se les he concedido, claro está. Entonces termina siendo lastimoso ver como caen en aquellos callejones sin salida en los cuales derraman su hipocresía a voluntad y se les aplaude por ello. Es lastimoso saber, que conociendo otras alternativas, elijan precisamente la ruta fácil, esa de la que tantas veces antes se burlaron. Y que no hay personas extraordinarias, porque tarde que temprano todos cumplen cabalmente con el traje que se les ha hecho. Y aquellos que lo tiran, lo hacen, precisamente porque para eso les fue hecho.

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