Party-cipation

El uso y sobreuso del término participación en arquitectura proviene principalmente de la política. Por ello es notorio percibir en ella el considerable abuso que ha sufrido en el ámbito político común, el del discurso panfletero, ahí donde suele ser espetada o invocada a la menor provocación, como una especie de conjuro (quizá debido simplemente a su sonoridad) porque pareciera poder trasmitir mágicamente a las masas un discurso políticamente correcto, infaliblemente convencedor. Este equívoco lleva a una de las peores degeneraciones del término: aquella que la concibe como una utopía feliz. Es esta miope consideración la que suele permear con facilidad ciertos espacios académicos. El discurso profundo de la participación en arquitectura y urbanismo consiste precisamente en lo contrario: en abrir las múltiples cajas de pandora de las realidades urbanas y abrirse a reconocer en ellas los conflictos existentes, agrestes, difíciles de abordar, desordenados e inordenables, sin considerarlos de antemano negativos o peligrosos, sin olvidar que desde luego podrían serlo. La pregunta sería entonces ¿si la participación haría que la arquitectura dejará su oficio embaucador, creador de imágenes vanas de espacios idílicos tan ingenuos como perversos, para trabajar con lo existente, con lo que siempre está por reconocerse?



Comentarios

Entradas populares de este blog

El cuervo y sus hijos

Prólogo a la etiqueta "Ciudad Global"

El Autómata Español del Siglo XVI que perturbó al Smithsonian