"Un Cuervo y una Cuerva hicieron su nido en una isla y cuando el Cuervo quedó viudo, quiso transportar el producto de su matrimonio a tierra firme. Primero tomó a uno de sus hijos, y con él atravesaba el mar, pero llegado a la mitad del camino, sintióse fatigado, acortó su vuelo y pensó: “Ahora que soy fuerte y él es débil, puedo llevarle; pero cuando la vejez me debilite, ¿se acordará de mis cuidados y me llevará de un lugar a otro?” Entonces preguntó a su hijo: – Cuando seas fuerte y yo débil, ¿me llevarás así? Responde con franqueza. El pequeño, con el temor de lo dejase caer al mar, le contestó: -¡Si te llevaré! Pero el Cuervo no le creyó a su hijo y abrió las garras. Como una piedra, el hijo cayó en el agua y se ahogó. El Cuervo volvió a la isla, tomó a otro pequeño y comenzó a volar, por segunda vez, sobre el mar. De nuevo, fatigado, preguntó a su hijo: -¿Cuando sea viejo, me llevarás de un sitio a otro a otro sitio, como hoy lo hago contigo? Con el mismo temor de su hermano...
Hablemos de las ciudades globales, de esos nudos de la economía y de la cultura mundial, de esas ciudades que creen competir por el título de la nueva babel, y por ser focos y luminarias de aquellas cumbres que con orgullo y altivez condesan y resumen milenios de civilización urbana. Capitales del planeta, muestrarios exuberantes de las contradicciones y los absurdos de la cultura humana. Todas ellas viven en el estruendo de dos tensiones que crean las ciudades: la reunión de los diversos con deseos de acceder a una misma fuente de cultura. Estas diferencias a veces no se perdonan entre sí, pero coexisten de manera irremediable. No les es importante reconciliarse y aquellas que lo intentan no necesariamente les va mejor. El lector advertirá una contradicción en el nombre que se les da; el sustantivo ciudad admite el plural, pero sumado el adjetivo global , que nombra un conjunto o a lo que no se separa en partes, aparece una oposición. Y es que en realidad debemos hablar de "...
Recientemente leí el ensayo "La religión anónima del ateísmo" de Slavoj Zizek (aquí: http://bit.ly/9YTh0n ), un i nteresante texto que habla de esa postura como una base para la tolerancia religiosa, aunque habla también de ella como un "legado" más de europa para el mundo. Ese viejo y rancio discurso eurocentrista permea el texto del esloveno. Hay que recordar, sin embargo de lo que apunta, que e l ateísmo no en todas sus versiones ha sido "tolerante". Algunos ateos también tienen sus libros sagrados, sus profetas y hasta hacen proselitismo de casa en casa. La errónea suposición de poseer "la única creencia verdadera", con intensiones meramente excluyentes y que caen en dogmas milenarios de occidente, son tópicos y lugares comunes que ciertas posturas ateas no han logrado superar del todo. Zizek olvida decir que la "tolerancia" religiosa en occidente, tiene como uno de sus antecedente más antiguos la de los persas aqueménidas, como ...
Comentarios
Publicar un comentario