Homesick

(Como una tina de agua tibia.2004)

Desperté, teniendo cuidado en recordar respirar, todo estaba en mi cuarto como lo había dejado: los cuatro muros, el piso, el techo, las ventanas, el deprimente y desafortunado paisaje que enmarcan, el buró sucio y viejo, el tocador que nadie usa, la puerta y (¿como pasarlo por alto?) una cama con un cuerpo lánguido, triste e inflado de soledad.
La autocompasión me es una rutina necesaria, me ayuda a seguir viviendo. A veces, mediante este patético ejercicio, me hago creer a mi mismo que soy una especie de asceta y que elegí este camino para la purificación de mi espíritu para separarme de la vileza de todos los hombres. A veces, hasta me lo creo de verdad. La mayor parte del tiempo prefiero recordar que no todo fue así siempre, es entonces cuando me dejo sumergir en mis recuerdos, como en una tina de agua tibia, y mi memoria se activa en el presente y dejo fluir todos aquellos momentos (previamente seleccionados con cuidado, casi con amor) y entonces mi pesimismo culposo se transforma en esa otra persona que también he sido, viva y cálida, con fe en la gente. Por eso me gusta recordar, quizá algún día recuerde porque sentía esa calidez. Cuando estoy en esto, caigo en cuenta que sólo estoy soñando despierto y casi sin querer, reacciono, teniendo cuidado en recordar como respirar. Y sin intención ni el menor deseo de abandonar mi cama, hoy como todos los días anteriores, preferiría no tener que continuar, pero también soy demasiado cobarde como para elegir un desenlace que valga la pena, para esta historia.
***
El sueño me gana y no tengo deseos de llenar esta página en blanco ¿Para qué?, entonces me viene a la cabeza una frase:
"Soy en función de los otros"

Es una idea repugnante, diabólica. Me niego a creer que mentes estólidas me hagan existir. ¿Qué podrían creer de mi? ¿qué clase de hombre me harán? ¿cómo me deformarán? ¿Pero quién quiere ser este niño? ¿En quién quiere convertirse?¿Qué quiere?
Armado de arrogancia puedo descalificarlos a todos y hacerlos polvo, malditos, putos, no merecen lo que tienen que aunque sea nada aún así es demasiado para lo ineptos que son. ¿Y tú que miras?¿Por qué me miras así? Tú sabes bien que no me puedes decir nada, y no es por tu suerte particular que te juzgue, sino en tu degradación al integrarte a todos ellos.
Y si soy en función de los otros, lo soy de una forma que me limita a los pocos recuerdos que guarden de mi en su memoria, así me reducen a un instante, ¡Soy sólo un instante en sus pobres mentes! en sus pobres y patéticas mentes Eso, desde luego, suponiendo que alguien ha deseado recordarme...

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